El Paka Paka libertario
29/05/2025 | 14:59Redacción Cadena 3

En los últimos días, no puedo dejar de pensar en el relanzamiento de Paka Paka, el canal infantil que ha vuelto a encender el debate en Argentina. Como padre y ciudadano, me preocupa profundamente el giro que ha tomado este proyecto, ahora alineado con la ideología libertaria del gobierno de Javier Milei. Este cambio me lleva a cuestionarme cuál debería ser el rol del Estado en la formación de valores de nuestros niños y si un canal infantil financiado con fondos públicos es realmente necesario en un contexto donde la manipulación ideológica parece ser la norma.
Cuando Paka Paka nació bajo el kirchnerismo, se presentó como una herramienta para diversificar la comunicación estatal. La idea sonaba noble: un canal que ofreciera contenidos educativos y culturales para los más chicos. Sin embargo, pronto se hizo evidente que, lejos de ser neutral, el canal se convirtió en un vehículo para transmitir una visión sesgada de la historia y la política. Recuerdo con incomodidad cómo personajes históricos como Sarmiento, clave en la construcción del sistema educativo argentino, eran caricaturizados o ridiculizados. Como adulto, me indigna que se utilice un medio dirigido a niños para moldear sus ideas en lugar de fomentar su creatividad y pensamiento crítico.
Ahora, con el gobierno de Milei, Paka Paka no ha cambiado su esencia, solo su bandera. La incorporación de dibujos animados como Tuttle Twins, que promueven ideas libertarias, me resulta tan preocupante como lo que ocurrió en el pasado. Los niños no deberían ser el blanco de agendas políticas, vengan de donde vengan. La frase de Daniel Parisini, conocido como el "gordo Dan", resuena en mi cabeza: si el adoctrinamiento viene de la derecha, parece que no se lo considera como tal. Esta doble vara es inaceptable. El problema no es la ideología en sí, sino el uso de un canal infantil como herramienta de propaganda, algo que debería estar fuera de discusión.
En un mundo donde la revolución digital ofrece un sinfín de opciones de entretenimiento y educación, me pregunto por qué el Estado insiste en mantener un canal como Paka Paka. Más aún, en un contexto de recortes presupuestarios, resulta contradictorio destinar recursos a un proyecto que, en lugar de priorizar contenidos educativos y universales, se dedica a imponer una visión ideológica. Como sociedad, deberíamos exigir que los niños tengan acceso a programas que estimulen su imaginación y los preparen para pensar por sí mismos, no para repetir ideas preconcebidas, sean del signo que sean.