Alergias alimentarias en niños: un desafío creciente en la salud infantil en Argentina
La alergia a la proteína de la leche de vaca se presenta en 1 de cada 100 niños. Se busca concientizar y diagnosticar precozmente esta problemática en el marco de la Semana Argentina de la Alergia Alimentaria.
23/06/2025 | 13:10Redacción Cadena 3
Al menos uno de cada 100 niños en Argentina presenta alergias alimentarias, y aunque esta cifra pueda sonar distante, su impacto es absoluto cuando afecta a un hijo o a un conocido. La Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), durante la Semana Argentina de la Alergia Alimentaria, busca aumentar el conocimiento acerca de las alergias que pueden provocar alimentos como el huevo, pescado, mariscos, maní, frutos secos, soja, trigo, sésamo y la proteína de la leche de vaca. Esta última, en particular, es la más común en la infancia, representando un tercio de los casos.
“La Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV) se presenta en etapas tempranas, a menudo antes de los seis meses. Es esencial contar con un diagnóstico adecuado para evitar angustias en los primeros meses. Padres y pediatras deben estar atentos a los síntomas y no minimizarlos”, advirtió la Dra. Cecilia Cavallo, Directora del Comité Científico de Alergias Alimentarias y Anafilaxia de la AAAeIC.
La Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV) produce síntomas inespecíficos, lo que dificulta su identificación temprana. Por ello, es crucial consultar a un médico ante cualquier síntoma irregular. Si un padre percibe que "algo no marcha bien", no se debe postergar la visita al pediatra.
Los síntomas de la APLV pueden ser digestivos, respiratorios y cutáneos, afectando la calidad de vida del niño y su familia. Dependiendo del mecanismo inmunológico implicado, los síntomas pueden aparecer de inmediato (urticaria, inflamación de labios, sibilancias, o incluso anafilaxia, que es potencialmente mortal), dentro de una hora tras la ingesta o de forma más retardada (cólicos, regurgitación, vómitos, diarrea, eczema o sangre en las heces).
Los niños con alergias alimentarias enfrentan un riesgo elevado de desarrollar deficiencias nutricionales debido a las restricciones alimentarias y problemas de alimentación, lo que puede impactar su crecimiento.
La importancia del diagnóstico y la educación
“La detección temprana de la alergia alimentaria es fundamental para prevenir diagnósticos tardíos, complicaciones nutricionales y trastornos en la calidad de vida, tanto del niño como del entorno familiar. Proporcionar la información adecuada para sospechar de la condición y acudir al médico a tiempo marca la diferencia en el bienestar del paciente y su familia”, afirmó la Dra. Silvana Monsell, Directora del Comité Científico de Pediatría de la AAAeIC.
Desde la AAAeIC señalaron que “los alergistas y gastroenterólogos infantiles colaboran con pediatras y médicos clínicos, quienes son la primera línea de consulta, para lograr un diagnóstico temprano. Sin embargo, el primer eslabón -especialmente en niños- son los padres, quienes deben estar atentos a cualquier señal que sus hijos puedan presentar”.
El tratamiento principal para las alergias alimentarias es la eliminación del alérgeno de la dieta. En el caso de la Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV), la recomendación es mantener la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y continuarla hasta los dos años. Si no es posible lactar, se deben usar fórmulas especiales bajo indicación médica.
En la infancia, muchas alergias suelen superarse antes de los seis años, dependiendo del alimento implicado, siendo recomendable un seguimiento periódico para evaluar la tolerancia. Todo este proceso puede generar un considerable impacto emocional en las familias. “Los padres viven con miedo constante a exposiciones accidentales. Por ello, trabajamos con ellos sobre el manejo clínico y en la educación acerca del etiquetado de alimentos, el manejo en comedores escolares y en situaciones sociales”, destacó la Dra. Cavallo.
Los alimentos que pueden contener proteína de la leche de vaca incluyen:
- Evidentes: todos los productos lácteos (enteros, descremados, deslactosados)
- Productos con derivados lácteos: panes, facturas, galletitas, masas para tartas, pastas frescas (ravioles, sorrentinos, ñoquis con queso), sopas instantáneas, mezclas para tortas y algunos embutidos.
Muchos otros alimentos pueden haber estado en contacto con lácteos durante su producción, por lo que es crucial realizar una consulta nutricional para resolver dudas y diseñar un plan de alimentación seguro. “La detección temprana y el acompañamiento multidisciplinario son claves para mitigar el impacto de las alergias alimentarias y mejorar la calidad de vida, así como para prevenir el desarrollo de cuadros graves como anafilaxia, que puede ser mortal. Como sociedad científica, nuestro compromiso es seguir generando conocimiento, capacitando profesionales, contribuyendo a la sensibilización y apoyando a las familias que enfrentan esta situación”, concluyeron desde la AAAeIC.
[Fuente: Noticias Argentinas]