Central con dudas, ¿o la fuerza de lo indeterminado?
Por más nombres que se ensayen en la pizarra, por más especulaciones que se hagan desde las tribunas, Holan sigue sin once definido. Y acaso, en ese desconcierto, resida también parte de su esencia.
10/05/2025 | 08:58Redacción Cadena 3 Rosario

Rosario Central llega al cruce clave ante Estudiantes de La Plata con un equipo cargado de interrogantes y un banco que no termina de ofrecer certezas.
En una semana donde el rival pasó de la humillación en La Paternal a la resurrección continental en Chile, el Gigante de Arroyito se prepara para recibirlo con un marco inédito: colmado solo por socios, sin entradas generales, como un guiño a la fidelidad pura.
Pero, ¿con qué caras afrontará Central esta parada brava? Si esta columna tuviera foto, incluiría tres nombres: Campaz, Maxi Lovera y Lautaro Giaccone. Los tres representan no solo opciones de juego, sino también síntomas del desconcierto físico que arrastra el plantel. Campaz hizo fútbol, pero no está para 90 minutos. Lovera, aún tocado tras el choque ante Independiente, está en duda. Y Giaccone, que suele ser opción de recambio, parece el más apto desde lo físico, aunque no desde el peso específico.
El equipo no está confirmado. Y eso, en un contexto de eliminación directa, no es un detalle menor. No hay margen para especulaciones ni ensayo-error. Aquí se juega con la soga al cuello: matar o morir, como dijo con razón el cronista radial. Ya no hay primeras posiciones que amparen ni promedios que angustien. Hay presente y una única tarde para decidir el destino.
Malcorra hoy es el motor creativo,y Santi López también va a estar. Sin Mallo, que apenas trotó liviano con pelota, la zaga pierde a su dueño natural. ¿Alcanza con Komar, el defensor que se sigue reinsertando tras meses de escasa continuidad? ¿Se puede armar un medio sin Campaz o Lovera desde el inicio y no perder sorpresa ni volumen?
La duda, hoy, no es táctica. Es física y a partir de las lesiones. Central no tiene equipo confirmado porque el cuerpo no le responde como la voluntad querría. Pero, si algo ha demostrado este grupo, es que el alma muchas veces juega más que los músculos.
El Gigante explotará a las 16:30. Y en ese mar de camisetas auriazules no habrá lugar para las dudas, al menos en las tribunas. El equipo, mientras tanto, deberá decidir en 90 minutos quién está realmente para jugar —y quién para ser gigante.