"Me escuchó": Sobrevivientes de grupo católico abusivo afirman que papa León XIV les tendió la mano en su dolor.

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa León XIV se erigió como un aliado inesperado para víctimas de un influyente movimiento católico, conocido como el Sodalicio de Vida Cristiana, cuyas prácticas abusivas salieron a la luz. Su decisión de escuchar y actuar ha despertado críticas y apoyos en medio de un complicado legado en la Iglesia.

Las víctimas del Sodalicio aseguran que en 2018, el entonces obispo Robert Prevost, comprometido con su causa, se tomó en serio sus testimonios y se involucró directamente con el Vaticano para buscar reparaciones económicas por el daño sufrido. Se le atribuye también haber facilitado una reunión en 2022 con el papa Francisco, lo que dio inicio a una investigación por parte de la Santa Sede que culminó con la disolución de la organización el año pasado.

José Rey de Castro, uno de los testigos, comentó: "¿Qué puedo decir de él? Que me escuchó. Parecería lo normal en un sacerdote, pero no lo es, especialmente considerando el poder que detentaba el Sodalicio".

Un ejército conservador para Dios

Fundado en 1971 por el peruano Luis Fernando Figari, el Sodalicio se erigió como un bastión de conservadurismo religioso, atrayendo a cientos de miembros. Sin embargo, desde el año 2000 comenzaron a surgir informaciones sobre las prácticas manipuladoras y abusivas dentro de la organización, siendo el libro "Mitad Monjes, Mitad Soldados" de Salinas y Ugaz, una obra clave en la denuncia pública.

A partir de 2017, un informe interno del Sodalicio caracterizó a Figari con descripciones alarmantes, revelando patrones de abuso tanto físico como psicológico.

A pesar de las denuncias, muchas víctimas encontraron un silencio institucional en la iglesia, tanto a nivel local como en la Santa Sede, que actuó lentamente ante un grupo que había gozado de la aprobación papal.

Prevost se destaca

Prevost, nombrado obispo de Chiclayo en 2014, emergió como una figura fundamental al crear una comisión para escuchar a las víctimas. En 2021, Rey de Castro se acercó a él tras criticar un plan de reparaciones del Sodalicio, que había destinado alrededor de 6,5 millones de dólares a un centenar de afectados.

Sus reuniones y correspondencias con Prevost desde entonces revelan un esfuerzo genuino de este último por brindar apoyo y justicia a las víctimas, lo que ha sido reconocido como un avance importante en la lucha contra la cultura del silencio.

Prevost, en sus comunicaciones, manifestó su compromiso con la justicia para las víctimas del Sodalicio y su interés en trasladar sus preocupaciones a niveles más altos de la Iglesia. Esto culminó en una reunión con Francisco, donde se discutieron las preocupaciones sobre el Sodalicio y sus violaciones.

Las acciones del papa Francisco en 2023, que incluyeron la renuncia de Eguren y la disolución del Sodalicio, suponen un reconocimiento de la gravedad de las denuncias y la necesidad de un cambio en la estructura eclesial.

En un comunicado de abril, el Sodalicio aceptó su disolución y pidió disculpas por los abusos ocurridos, marcando un hito en la búsqueda de justicia para las víctimas.

Prevost ahora es un objetivo

Sin embargo, con la elección de León XIV, el pasado de Prevost ha sido puesto nuevamente bajo la lupa, enfrentándose a críticas por su manejo de acusaciones recientes de abuso en Chiclayo. Los grupos de víctimas han exigido rendición de cuentas, mientras que los defensores de Prevost sostienen que actuó adecuadamente.

Las tensiones en torno a su figura han resurgido, con acusaciones procedentes de partidarios del Sodalicio, lo que complica aún más su labor. La comunidad católica sigue atenta a cómo abordará el nuevo papa este espinoso tema, que ha provocado la pérdida de confianza en la jerarquía eclesiástica. La búsqueda de una respuesta a los abusos dentro de la Iglesia continúa siendo una tarea pendiente.

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