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La donación de un Boeing 747-8 de Qatar a Trump desata una tormenta

Al anuncio abre una polémica en la que se mezclan ética, poder y política exterior, con acusaciones de soborno y violaciones constitucionales resuenan en un país dividido.

12/05/2025 | 16:24Redacción Cadena 3

FOTO: El Air Force One, rumbo a su reemplazo.

La administración del presidente estadounidense Donald Trump planea aceptar un Boeing 747-8, valorado en aproximadamente 400 millones de dólares, como donación de la familia real de Qatar para ser usado temporalmente como Air Force One, según distintos medios norteamericanos.

El avión, descrito como un “palacio volador”, sería transferido a la biblioteca presidencial de Trump al final de su mandato en 2029, lo que permitiría su uso personal posterior.

Aunque Qatar aclaró que la donación no está finalizada, la propuesta desató una intensa controversia ética y legal, con acusaciones de soborno, violaciones constitucionales y conflictos de interés, especialmente por los vínculos comerciales de la familia Trump con Qatar.

Un gigante de lujo

El Boeing 747-8 es una versión avanzada del icónico “Jumbo Jet”, conocido por su tamaño, alcance y versatilidad.

Este modelo, lanzado en 2011, es el más grande y moderno de la familia 747, con características que lo convierten en un símbolo de lujo y tecnología:

• Dimensiones y capacidad: mide 76,3 metros de largo, con una envergadura de 68,4 metros. Puede transportar hasta 467 pasajeros en configuración comercial, aunque el avión qatarí está adaptado como un jet privado con interiores opulentos, incluyendo suites, salas de conferencias y acabados de alta gama.

• Alcance y rendimiento: tiene un alcance de 14.800 km, ideal para vuelos transcontinentales sin escalas, y está equipado con motores General Electric GEnx, que ofrecen mayor eficiencia y menor consumo de combustible.

• Uso previsto: el avión, registrado como P4-HBJ y operado previamente por Qatar Amiri Flight, sería transferido al Departamento de Defensa de EE. UU. para ser modificado con sistemas de comunicación encriptada, defensas antimisiles y otras especificaciones requeridas para Air Force One, un proceso que podría tomar años.

• Valor: un 747-8 comercial nuevo cuesta alrededor de 400 millones de dólares, aunque el valor del avión qatarí, con sus modificaciones de lujo, podría ser superior.

El avión, que Trump inspeccionó en febrero de 2025 en el Aeropuerto Internacional de Palm Beach, cerca de su resort Mar-a-Lago, es un reemplazo temporal para los actuales Boeing 747-200 (VC-25A) de Air Force One, en servicio desde 1990 y cuya sustitución por nuevos VC-25B ha enfrentado retrasos hasta 2027.

Necesidad y oportunidad

La propuesta de Qatar surge en un momento de frustración para Trump, quien ha criticado públicamente los retrasos y sobrecostos en el programa de reemplazo de Air Force One.

En 2018, durante su primer mandato, Trump negoció un contrato de 3.900 millones de dólares con Boeing para construir dos nuevos VC-25B, pero el proyecto ha acumulado pérdidas de 2.500 millones y no estará listo hasta al menos 2027.

Trump, que asignó a Elon Musk para acelerar el proceso, expresó en febrero que “no está contento” con Boeing y consideró alternativas, como adquirir un 747 usado.

Qatar, un aliado clave de EE. UU. en Oriente Medio, propuso donar el avión, descrito como un gesto diplomático para fortalecer la relación bilateral.

La donación, según el agregado de prensa qatarí Ali Al-Ansari, está bajo revisión entre los Ministerios de Defensa de ambos países, y “no se ha tomado una decisión final”.

El avión sería transferido al Pentágono, modificado para uso presidencial y, al final del mandato de Trump, donado a su biblioteca presidencial, una práctica que sigue el precedente del avión de Ronald Reagan, exhibido en su museo.

¿Soborno o regalo legítimo?

La propuesta desató una feroz controversia, con críticas de demócratas, expertos en ética e incluso algunos aliados de Trump, que ven en la donación un conflicto de intereses y una posible violación de la Constitución de EE. UU. Los principales puntos de la polémica incluyen:

La Cláusula de Emolumentos de la Constitución prohíbe a los funcionarios federales aceptar regalos de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso. Críticos como Kathleen Clark, profesora de la Universidad de Washington, acusan a Trump de “explotar el poder del gobierno para enriquecerse”, argumentando que el avión, al ser transferido a su biblioteca, constituye un beneficio personal.

Norm Eisen, exasesor ético de Obama, calificó el regalo como “Emoluments Force One” y considera impugnarlo legalmente, afirmando que requiere autorización congresional.

La Organización Trump, dirigida por los hijos de Trump, tiene crecientes intereses en Qatar, incluyendo un acuerdo reciente para construir un resort de golf de lujo con Qatari Diar, una empresa respaldada por el fondo soberano qatarí.

Esta relación comercial alimenta las acusaciones de que la donación podría ser un intento de influir en las decisiones de política exterior de Trump.

El senador Chuck Schumer ironizó: “Nada dice ‘América Primero’ como un Air Force One traído por Qatar. No es solo soborno, es influencia extranjera con espacio extra para las piernas”.

Falta de transparencia

Aunque Trump defendió la donación como una “transacción pública y transparente” en un post en Truth Social, la falta de detalles sobre el proceso y la negativa de Qatar a confirmar la donación han generado escepticismo.

Organizaciones como Citizens for Responsibility and Ethics (CREW) advierten que aceptar un regalo de 400 millones de dólares de un país con intereses geopolíticos establece un precedente peligroso. Jordan Libowitz, de CREW, señaló: “Parece que un país con negocios con Trump le da un regalo de 400 millones justo antes de reunirse con su líder”.

Críticas internas y externas

Incluso aliados de Trump, como la activista conservadora Laura Loomer, han criticado la donación, calificándola de “mancha” para la administración y acusa a Qatar de financiar grupos como Hamás y Hizbollah. Demócratas como el senador Bernie Sanders y el congresista Ritchie Torres han exigido revisiones éticas, con Torres llamándolo un “soborno volador”.

Sin embargo, la procuradora general Pam Bondi y el abogado de la Casa Blanca David Warrington emitieron un memorando que considera la donación “legalmente permisible”, argumentando que el avión se entrega al Pentágono, no a Trump personalmente, y que su transferencia a la biblioteca es un acto institucional.

Reacciones de Qatar

Qatar negó que el avión sea un regalo confirmado, con Al-Ansari aclarando que la propuesta está en “revisión legal”.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que cualquier donación se aceptará “en pleno cumplimiento de la ley” y destacó la “transparencia” de la administración.

Trump, por su parte, calificó a los críticos de “perdedores” y defendió el regalo como un ahorro para los contribuyentes, diciendo: “Sería estúpido rechazar un avión gratis”.

Implicancias y perspectivas

La donación del Boeing 747-8, si se concreta, sería uno de los regalos más valiosos jamás recibidos por el gobierno estadounidense, pero su costo político podría ser elevado.

Para Trump, el avión representa una solución temporal a los retrasos de Air Force One y un símbolo de su habilidad para negociar acuerdos internacionales.

Sin embargo, la percepción de corrupción y la sombra de los negocios familiares podrían dañar su imagen, especialmente en un contexto de creciente polarización.

A nivel internacional, la controversia pone a prueba la relación entre EE. UU. y Qatar, un mediador clave en conflictos como el de Gaza. La donación podría interpretarse como un intento de Qatar de consolidar su influencia en Washington, en un momento en que Trump busca reforzar lazos con aliados del Golfo.

Legalmente, el Congreso podría intervenir para bloquear el regalo, pero la falta de acción previa en casos similares, como los litigios por emolumentos durante el primer mandato de Trump, sugiere que la controversia podría desvanecerse sin consecuencias formales. 

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